La importancia de los márgenes florales en la gestión sostenible de cultivos y el control de plagas

Estas bandas vegetales actúan como refugios para insectos polinizadores y fauna auxiliar, contribuyendo al equilibrio del ecosistema agrícola y a la sostenibilidad de la explotación

Hortoinfo.- 21/11/2025

Los márgenes florales tienen una gran importancia para la gestión sostenible de los cultivos, mejorando la polinización y ayudando a controlar las plagas, según detalla la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF) de Andalucía.

Esos márgenes florales son franjas de terreno situadas en los bordes de las parcelas agrícolas, en las que se permite el crecimiento de la flora espontánea o se siembran especies seleccionadas con fines ecológicos y agronómicos.

Estas bandas vegetales actúan como refugios para insectos polinizadores y fauna auxiliar, contribuyendo al equilibrio del ecosistema agrícola y a la sostenibilidad de la explotación.

Pueden ubicarse en los límites de las parcelas, junto a caminos o lindes, e incluso aprovechar los márgenes de cauces o arroyos. En terrenos con pendiente, se recomienda orientarlas perpendicularmente a la misma, de manera que sirvan también para reducir la escorrentía y frenar la erosión.

Diseño y dimensiones recomendadas

La anchura de las bandas florales varía en función del tipo de cultivo y del espacio disponible. En cultivos hortícolas, bastan 1,5 metros de anchura, mientras que, en cereales, viñedo u olivar, se recomiendan entre 4 y 6 metros, según el tamaño de la parcela y la pendiente del terreno. La longitud dependerá de la estructura de la finca, aunque siempre se aconseja distribuirlas de forma que conecten distintas zonas, facilitando el movimiento de insectos beneficiosos.

Elección de especies

La selección de especies es clave para asegurar el éxito del margen floral. Las mezclas deben:

Ofrecer alimento y refugio a insectos polinizadores (abejas, sírfidos, abejorros) y fauna auxiliar (crisopas, mariquitas, avispas parasitoides).

Mantener una floración prolongada, garantizando néctar y polen durante la mayor parte del año.

Estar compuestas por plantas rústicas y bien adaptadas al clima y al suelo local, evitando especies de difícil control.

Presentar facilidad de siembra y buena germinación, reduciendo los costes de implantación.

Tener cierta capacidad de auto resiembra, de modo que el margen pueda mantenerse varios años con escasa intervención.

No generar riesgos para el cultivo principal, evitando especies con alto potencial invasivo o que puedan actuar como reservorio de plagas.

En el caso del olivar o los cultivos de secano típicos de Andalucía, resultan especialmente adecuadas las mezclas de leguminosas, compuestas y gramíneas autóctonas, estas ofrecen floraciones escalonadas y aportan además materia orgánica al suelo.

Beneficios agronómicos y ambientales

Los márgenes florales aportan múltiples beneficios que van más allá de la conservación del paisaje:

Reducción de la erosión: sus raíces fijan el suelo y su abundante vegetación frenan la escorrentía, evitando la pérdida de tierra fértil, así como el riesgo de colmatación de los pantanos.

Mejora de la polinización: son atractivas para las abejas y otros polinizadores, lo que favorece el cuajado de frutos y el rendimiento de los cultivos.

Control biológico natural: al servir de refugio para depredadores y parasitoides, ayudan a mantener en niveles bajos las plagas de forma natural, reduciendo la necesidad de tratamientos químicos.

Aumento de la biodiversidad: la coexistencia de distintas especies vegetales y animales genera un ecosistema más equilibrado y resiliente frente a plagas y enfermedades.

Mejora del paisaje y la imagen ambiental de la explotación, reforzando el compromiso del agricultor con una agricultura más sostenible.

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