Fundada en 1975 por un grupo de 25 agricultores que apostaron por exportar directamente a Europa, afronta el futuro con nuevos proyectos en pepino y sandía, junto la modernización de sus instalaciones para seguir progresando con innovación y sostenibilidad
Hortoinfo.- 17/11/2025
La cooperativa Ejidomar ha conmemorado su 50 aniversario con un gran evento que ha reunido a más de 700 personas entre sus socios, trabajadores y representantes institucionales en El Ejido.
Medio siglo después de su fundación en 1975, la entidad ha celebrado su trayectoria como pionera en la exportación hortofrutícola desde Almería a Europa y lo ha hecho volviendo a sus orígenes, en la nave de sus primeras instalaciones situada dentro de El Ejido.
El acto ha sido un homenaje a sus socios que han continuado el trabajo de los fundadores de Ejidomar, que hace cinco décadas, decidieron unirse para vender directamente en destino, apostando por la internacionalización en un momento en que el modelo predominante era la subasta local. Con este objetivo, Ejidomar ha entregado varias distinciones que reconocen la trayectoria de quienes han contribuido de forma ejemplar al crecimiento y consolidación de la cooperativa.
Se ha destacado la continuidad generacional de algunas familias, cuyo compromiso ha perdurado a lo largo de tres generaciones, reflejando el arraigo y la transmisión de valores cooperativos entre padres, hijos y nietos. También se ha reconocido a socios que han mantenido su vinculación con Ejidomar durante más de 30 y 40 años, demostrando una fidelidad que ha sido clave en la evolución de la entidad.
Además, se han entregado dos galardones especiales: el primero ha sido para Gracián Lucas Acien, en reconocimiento a su compromiso y entrega como presidente de la cooperativa en años anteriores.
El segundo ha sido para Antonio Maldonado Cortés, el socio con mayor antigüedad en Ejidomar. Este reconocimiento ha supuesto un homenaje a toda una vida dedicada al campo y a la comunidad cooperativa.

Antecedentes
Cuando la rentabilidad de la uva de mesa decayó tras la llegada de los transportes frigoríficos y la imposibilidad de competir con otras variedades de uva de menor aguante pero más vistosas, un grupo de jóvenes agricultores comenzaron a convertir aquellos parrales destinados a la producción de uva en invernaderos cubiertos de plástico, a los que obtenían una rentabilidad espectacular al poder llevar a los mercados hortalizas y frutas como el melón, la sandía, pimientos, tomates o calabacines, en fechas que antes eran inimaginables.
Ante la imposibilidad de canalizar en aquellos momentos sus producciones a través de los sistemas de comercialización establecidos las pocas alhóndigas (subastas) existentes o algunas cooperativas uveras que se estaban estableciendo para no tener que depender de los sistemas externos, junto a otros amigos y conocidos crearon en los años 1970- 1971 unos grupos para poder completar camiones, y así enviarlos a los mercados centrales de las principales plazas españolas como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Valencia, entre otras. Pero, al no ser un sistema seguro y teniendo que confeccionar ellos y sus familias los productos hortofrutícolas, generalmente al terminar la jornada en el campo, acabaron por integrarse en 1973 en una de las cooperativas uveras, la cooperativa Frusol, creando una sección de hortalizas en la misma entidad.
La fundación de Ejidomar
Mas tarde, en 1974, un grupo del que formaban parte los hermanos Fernando y Juan Cantón Mira, Ángel Acién Requena, Serafín Alférez, Gabriel Fernández, Antonio Mira Gómez de Mercado, Paco Ramos Repetto, Paco Herrada, José Manuel Escobar, Bernardo y Salvador Maldonado Herrada, Juan José Vázquez, fundaron junto a otros agricultores la cooperativa Ejidomar, a la que poco a poco fueron integrándose nuevos agricultores, comenzando a abrir vías directas de comercialización a los mercados internacionales, comenzando por Perpiñán donde contaron con la colaboración especial de Enrique Fluviá (Saint Charles Primeurs) para, a continuación, a instancias de uno de los principales importadores neerlandeses, Martin Boers, iniciar por Holanda la expansión hacia el resto de mercados europeos.
Los pimientos “Clovis”, el tipo lamuyo imperante en los cultivos de los invernaderos de la época, junto a tomates y sandías, eran los productos estrella ofertados por Ejidomar. Pero Antonio Mira, uno de los socios fundadores que también tenía actividad en Canarias, se planteó la posibilidad de probar en los invernaderos almerienses un tipo de pepino originario de Holanda, largo, suave y con una mejor digestión que los tradicionales. Pero la comercialización de sus semillas no estaba “autorizada” en la península, por lo que en uno de sus viajes se echó unas semillas al bolsillo, obteniendo en las pruebas unos resultados excelentes. A partir de ahí convencieron a la firma Sluis&Groot para que les vendiera las semillas de aquel “pepinex”, comenzando su producción en los invernaderos ejidenses y su venta masiva a los mercados internacionales siempre que los cupos de exportación lo permitían. Después se irían añadiendo otros productos como los pimientos tipo cuadrado, los California, o las coles chinas que tuvieron un gran impacto en las producciones almerienses y en la exportación.
La mayor parte de ese grupo de fundadores salió de Ejidomar en 1982 para constituir la Sociedad Agraria de Transformación Domar, a la que con posterioridad fue añadiéndose la formación de otras empresas Ejidoverde, Agrosur o Nature Choice, convirtiendo también a Ejidomar en “vivero empresarial”.
Ejidomar cuenta actualmente con 250 socios que cultivan 450 hectáreas, así como con hasta 300 trabajadores en los picos de mayor producción. Produce cerca de 50 millones de kilos y alrededor de 20 millones de kilos solo en pimiento y unos 15 millones de kilos en sandía y exporta a Europa, Reino Unido y Canadá.
El futuro
El presidente de Ejidomar, José Antonio Baños, ha destacado que “de cara al futuro, el Consejo Rector trabaja en la adquisición de nuevas líneas de pepino y sandía, así como en la modernización del almacén con nuevos calibradores para productos como sandía, calabacín, berenjena y pepino”.
Con medio siglo de historia a sus espaldas, Ejidomar afronta el futuro con la misma determinación que impulsó su nacimiento: la unión de los agricultores y la apuesta por la innovación. La cooperativa continúa trabajando para mejorar sus servicios, modernizar sus instalaciones y ampliar sus líneas de producción, todo ello con un objetivo claro: garantizar la rentabilidad del socio y responder a los desafíos del sector. “Nuestro reto es seguir funcionando como lo estamos haciendo y dar el mejor resultado a nuestro agricultor, que es lo más importante para una cooperativa”, indica Baños.
Representación institucional
El alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, junto al secretario de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez Galera; el vicepresidente de Diputación, Ángel Escobar; y el concejal ejidense de Agricultura y Medio Ambiente, Manuel Martínez, han acompañado al presidente de la cooperativa, José Antonio Baños, su Junta Directiva y a los socios, en la jornada de convivencia conmemorativa de este siglo de existencia de Ejidomar, una historia de trabajo por una agricultora más sostenible y rentable para sus agricultores, en la que, además, se ha hecho entrega de diversos reconocimientos a algunos de los socios que representan tanto la historia como el futuro de Ejidomar.
Góngora les ha felicitado por estos “50 años donde han sabido mantenerse, innovar y ser pioneros en el sector. Hoy es un día para celebrar, recordar, pero, sobre todo, para homenajear a los pioneros que han sido la clave de este campo” y ha destacado su contribución al “impulso del relevo generacional, desde esa primera generación que trabajaron muy duro y con muchas dificultades, que transformaron los parrales en invernaderos y que abrieron el camino, hasta el importante número de socios con los que cuentan ya de tercera generación”.



