De las 0,4 hectáreas en 1963 ha pasado a 33.709 en 2025, de las que el 40% se encuentra en El Ejido, el 20 % en Níjar, el 8 % en el municipio de Almería, a la que siguen Roquetas y Vícar con el 6% cada uno y el resto distribuido en otros municipios
Hortoinfo.- 14/10/2025
La historia de los invernaderos en Almería comienza en el año 1963, cuando el colono del Instituto Nacional de Colonización (INC) conocido popularmente por “Colonización” y que posteriormente se transformó en el Instituto para la Reforma y el Desarrollo Agrario (IRYDA), Francisco Fuentes Sánchez, conocido como “Paco el Piloto” por manejar parcelas piloto de “Colonización”, construyó un abrigo bajo plástico de 400 metros cuadrados en la parcela que le había sido adjudicada, la número 24 del sector I, ubicada entre los núcleos poblacionales de El Parador y Roquetas de Mar, para llevar a cabo un ensayo comparativo de cultivo de hortalizas con otras cultivadas en enarenado al aire libre como parte de un estudio dirigido por el Ingeniero Agrónomo Bernabé Aguilar, realizado en cinco módulos de 100 m2 cada uno, en los que se comparaba la producción de hortalizas al aire libre en uno de los módulos y en los otros cuatro, también enarenados, se construyó una estructura similar a la de los parrales de Almería, a base de rollizos de eucalipto y dos tejidos de alambre, colocándose entre ellos una lámina de plástico de 400 galgas (0,1mm.), tanto en el techo como en las bandas, dando lugar al primer invernadero en Almería.
En aquel primer invernadero, junto con el módulo testigo de cultivo al aire libre, el día 30 de noviembre se realizó una plantación de pimiento, tomate, judía y berenjena. En tomate, al aire libre se obtuvieron 1,68 kilos por metro cuadrado que se vendieron a 3,30 pesetas por kilo, mientras que en el módulo bajo abrigo el resultado fue de 3,58 kg/m2 vendidos a un precio de 8,47 pesetas/kilo. En pimiento, el rendimiento al aire libre fue de 0,17 kg/m2 que se vendieron a 6,5 pesetas/kilo, frente a los 0,78 kilos/m2 conseguidos en el módulo invernado, vendidos a 23,78 pesetas por kilo. Los resultados en pepino fueron de 0,94 kg/m2 al aire libre con un precio obtenido de 5,37 pesetas/kilo, siendo en el módulo invernado de 3,62 kg/m2 y un precio de 11,12 pesetas por kilo.
El ensayo se mantuvo durante tres años y, en 1966, ante los resultados obtenidos, algunos agricultores comenzaron a cubrir pequeñas superficies en los parajes de El Higueral (Vícar), La Mojonera y Campo Nuevo del Caudillo (por entonces pertenecientes al término municipal de Felix y actualmente al de La Mojonera), El Parador de La Asunción (Roquetas de Mar) con un lento crecimiento en un primer momento, de modo que en 1969 la superficie total invernada en Almería era de solamente 75 hectáreas. A partir de ahí, como consecuencia de los bajos precios obtenidos por el cultivo de uva en los parrales de El Ejido, algunos agricultores comenzaron a adaptar las estructuras de los parrales para convertirlos en invernaderos, comenzando el despegue de la superficie invernada de tal modo que en 1971 ya había más de 1.000 hectáreas, en 1976 más de 3.000, en 1979 se superaron las seis mil, en 1985 ya había más de diez mil, en 1993 se superaron las 20.000, para llegar a alcanzar en 2016 la cifra de 30.000 hectáreas de invernadero, con una línea de crecimiento que se estabiliza para llegar a este año 2025 con el número de 33.709 hectáreas de invernaderos en la provincia de Almería.
El 40 por ciento de esa cantidad de hectáreas se encuentra en el municipio de El Ejido, el 20 por ciento en Níjar, el 8 por ciento en el municipio de Almería, el 6 por ciento en el de Roquetas y otro 6 por ciento en el de Vícar, el 4,5 por ciento en La Mojonera, el 4,3 por ciento en Adra, el 3,7 por ciento en Berja, distribuyéndose el resto en cantidades menores en diferentes municipios de la provincia.
Los datos de este informe hasta 1993 han sido obtenidos del antecesor de Hortoinfo, la revista Poniente y, a partir del año 2000, de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía utilizando imágenes del satélite Sentinel 2.
El enarenado como antecedente
No es posible concebir el nacimiento de los invernaderos en Almería sin el cultivo de hortalizas en terrenos enarenados al aire libre, una técnica nacida en las localidades del litoral granadino de El Pozuelo y La Rábita hacia el año 1880, como descubrimiento del agricultor de La Rábita Manuel Romero Rivas, que observó que en su plantación de tomates, junto a una de las plantas de tomate las hormigas, en su incansable labor, habían extraído granos de arena del subsuelo y formando un montículo alrededor de la planta, cuyos frutos presentaban mejor aspecto que el del resto de las plantas, con mayor producción y más temprana maduración. Así se ha transmitido verbalmente de generación en generación esa observación de las hormigas, sin tener datos fehacientes de si es un dato histórico o una leyenda pero, en cualquier caso, sí está contrastado que el nacimiento del enarenado procede de esas localidades de la costa de Granada.
A partir de ese descubrimiento fortuito allá por 1880, se fue extendiendo la costumbre de aportar arena alrededor de las plantas y, a partir de 1920, se comenzó a extender una capa de arena uniforme encima del terreno previamente labrado y estercolado, sistema que se extendió a la provincia de Almería como consecuencia de emigración hacia la provincia almeriense de agricultores del litoral granadino, datándose los primeros enarenados en Almería hacia 1945, en las localidades de Balerma y Balanegra.
Según el profesor Bosque Maurel, en el año 1963 los enarenados ya ocupaban una superficie de unas 3.000 hectáreas en la franja costera comprendida entre el Cabo de Gata (Almería) y la malagueña localidad de Nerja, con una distribución de 290 hectáreas en la zona de El Alquíán-Cabo de Gata, 960 hectáreas en Aguadulce, Roquetas y El Ejido, 250 en Adra, Balerma y Balanegra y otras 310 hectáreas en el núcleo original de La Rábita y El Pozuelo junto a las vegas de Melicena y La Mamola, 685 en los llanos de Carchuna, 30 hectáreas en Motril y Almuñecar, 100 hectáreas en Nerja El Morche, y otras 140 hectáreas dispersas por las localidades almerienses de Mojácar, Garrucha, Turre y Vera.
Ese tipo de cultivo experimenta un fuerte crecimiento en la provincia de Almería que en 1974 ya disponía de 11.750 hectáreas de cultivos de hortalizas en enarenado, de las que 4.000 hectáreas se encontraban en Roquetas de Mar, 3.750 hectáreas en la zona de El Ejido, 2.000 en Huércal de Almería, 1.500 en el Campo de Níjar y 500 hectáreas en Adra. A partir de ahí, la práctica totalidad de la superficie de enarenados se fue transformando en invernaderos.