Está presente en la mayoría de las parcelas de tomate de invernadero muestreadas, en 1 de cada 15 plantas. Los daños comienzan a manifestarse en la zona baja de la planta, subiendo por hojas y tallos. A medida que va ascendiendo por la planta, la parte inferior amarillea y se va desecando
Hortoinfo.- 29/11/2023
La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), ha alertado sobre la presencia de Vasates en los cultivos de tomate bajo invernadero de la provincia de Almería.
Según la RAIF, está presente en la mayoría de las parcelas de tomate de invernadero muestreadas que se encuentran iniciando la recolección y en 1 de cada 15 plantas (1 de cada 8 en la campaña anterior en el mismo periodo), aun así, en niveles normales en esta época del año.
La plaga
Vasates (Aculops lycopersici) es una plaga que aparece por focos, aunque puede afectar a gran parte de la plantación.
Ataca a todas las partes verdes de la planta e incluso a frutos.
Es una plaga habitual en solanáceas, siendo en tomate dónde ocasiona mayores daños, aunque en menor medida afecta también a berenjena, patata y tabaco.
En tomate, los daños comienzan a manifestarse en la zona baja de la planta, subiendo por hojas y tallos. A medida que va ascendiendo por la planta, la parte inferior amarillea y se va desecando.
Puede aparecer en condiciones de otoño seco y en primavera, no presentando diapausa o parada invernal.
Las condiciones óptimas para su desarrollo son 27°C y 30 por ciento de humedad relativa, con las que puede completar un ciclo muy rápido de 6 a 7 días.
Cómo se transmite
La transmisión al cultivo se produce, principalmente, por el arrastre del viento o a través de otros insectos.
En los cultivos bajo abrigo se ha comprobado que un agente transmisor importante de esta plaga es mosca blanca (Bemisia tabaci), que transporta a este ácaro en sus patas. En cualquier caso, la dispersión es bastante lenta.
Qué hacer
Para el seguimiento y estimación del riesgo se deben realizar muestreos durante todo el año, con especial atención cuando las condiciones son óptimas para su desarrollo, desde primavera hasta finales de otoño.
La detección de la plaga suele ser en el envés de las hojas de la parte baja de la planta.
Se recomiendan las siguientes medidas preventivas y culturales:
En invernaderos, colocar mallas (mínimo 10×20 hilos/cm2) en las aberturas laterales, cenitales y puertas, y vigilar y controlar el estado de las mismas, sobre todo de las que coinciden con la dirección de los vientos dominantes.
Se debe vigilar que no haya roturas en los plásticos de los invernaderos.
Conviene colocar en las entradas doble puerta, o puerta y malla de igual densidad a la exterior.
Hay que eliminar las malas hierbas y restos de cultivos, ya que pueden actuar como reservorio de la plaga, así como tener la precaución de no abandonar los cultivos al final del ciclo.
Un paso importante es el de eliminar las plantas que estén muy afectadas.
Ante una nueva plantación es conveniente distanciarla en el tiempo desde que se quitó la anterior.
Hay que tener cuidado de no transportar la plaga con las operaciones habituales que se hacen en el cultivo, o con la ropa, calzado y herramientas de trabajo, además de evitar la propagación a través de maquinaria, agua de riego, animales y otras posibles vías, desinfectando los útiles de trabajo con una solución de fosfato trisódico al 10% antes y después de su uso.
Conviene realizar rotaciones de cultivos y, si se desea aplicar estiércol, asegurarse de que está bien fermentado y exento de plagas.
Cuando el cultivo está creciendo se debe evitar el exceso de ‘follaje’ en la planta, favoreciendo la proliferación de poblaciones de insectos auxiliares, racionalizando el uso de productos fitosanitarios.
