Lo ha planteado el responsable de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, quien ha afirmado que la sentencia del TJUE no debe esperar el periodo de gracia de 12 meses, mientras se construye la “megalópolis del tomate de Mohamed VI en tierra fértil saharaui a costa de los saharauis y los agricultores del sudeste español”
Hortoinfo.- 18/11/2024
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha exigido en el Congreso de los Diputados la suspensión inmediata del acuerdo comercial en materia agraria entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, tras conocerse la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en la que se confirma que dicho acuerdo, modificado en 2019, viola el derecho internacional por vulnerar, en particular, los principios de autodeterminación y del efecto relativo de los tratados, al no prestar su consentimiento el pueblo del Sáhara Occidental.
Así lo ha expuesto en la mañana de este lunes 18 de noviembre el responsable de frutas y hortalizas de esa organización agraria, Andrés Góngora, durante su intervención en la conferencia sobre el Sáhara Occidental organizada por el Frente Polisario y varios grupos parlamentarios, para dar a conocer los términos de sentencia.
Recuerdan desde COAG que la sentencia del Tribunal europeo “confirma definitivamente la anulación de la decisión del Consejo que modifica el Acuerdo UE-Marruecos en materia de liberalización comercial de los productos agrarios, ampliando las preferencias arancelarias en él contenidas a los productos originarios del Sáhara Occidental”.
Coag lamenta que, sin embargo, la sentencia permite que el Acuerdo sobre medidas de liberalización en materia de productos agrícolas entre la UE y Marruecos se mantenga por un período de doce meses a partir de la publicación de la sentencia (4 octubre 2024), por “las consecuencias negativas graves para la acción exterior de la Unión que entrañaría su anulación inmediata y por razones de seguridad jurídica”.
Góngora ha reclamado que la aplicación de la sentencia sea inmediata, sin periodos de gracia. “Los agricultores y agricultoras europeos no hemos tenido ese periodo de gracia y sufrimos día a día la competencia desleal de las importaciones bajo las condiciones perniciosas del Acuerdo”. Góngora ha añadido que “si la sentencia ha dictaminado que el acuerdo no es legal, la UE no puede cerrar los ojos y mantener 12 meses más en vigor un acuerdo ilegal, sólo para favorecer a determinadas empresas transnacionales, mientras los productores continuamos perdiendo rentabilidad y desapareciendo”.
Reclamación al Gobierno de España
COAG también reclama que el gobierno español se posicione a favor de los productores y productoras agrarios, dado que son los más perjudicados por el Acuerdo de liberalización comercial entre la UE y Marruecos y que, además, presione en la UE para la anulación del mismo y para eliminar los graves efectos que tiene sobre nuestras producciones. “Comprobamos, con asombro e indignación, cómo la UE y el Gobierno español están rendidos a las demandas de una contraparte, Marruecos, que utiliza un perfil negociador basado en el chantaje, en el que se utiliza el terrorismo, la inmigración y la droga como argumentos para obtener contrapartidas. Esas contrapartidas ponen en riesgo el futuro de los agricultores de la UE, que somos moneda de cambio evidente. Pero también dañan los intereses de los contribuyentes de la UE que no reciben los ingresos aduaneros correspondientes por los productos importados. Además, los consumidores de la UE que no pueden tener certeza respecto del origen real de los productos procedentes supuestamente de Marruecos. Y, por último pero no menos importante, la propia población del Sahara Occidental, que ve cómo este acuerdo UE-Marruecos sirve para mermar sus derechos”, ha lamentado el responsable de frutas y hortalizas de COAG.
La “megalópolis del tomate de Mohamed VI en tierra fértil saharaui”
Desde la organización agraria COAG denuncian que, “gracias a las ventajas del acuerdo de libre comercio firmado con la UE, los deficientes controles en frontera y la desidia de las administraciones españolas y europeas, el rey de Marruecos construye de forma ilegal la ‘megalópolis del tomate’ en Dakhla, a costa de los saharauis y los agricultores del sudeste español”.
Así lo plantean desde COAG y la ONG (Organización No Gubernamental) MUNDUBAT, en el informe de investigación que han presentado bajo el título “Derechos Humanos y empresas transnacionales en el Sáhara Occidental: el caso del tomate [1]”, en el que se detalla “cómo cinco grandes grupos empresariales, algunos participados por Mohamed VI y el ex ministro de Agricultura de Marruecos, explotan tierra fértil de los territorios ocupados del Sáhara Occidental para crear uno de los mayores centros de producción de tomate a nivel mundial. El Plan ‘Generation Green’ marroquí pretende contar en 2030 con 5.000 hectáreas de producción hortícola en el Sáhara Occidental”. El responsable de frutas y hortalizas de la organización agraria, Andrés Góngora, apunta que “mientras tanto, el epicentro de la producción nacional de esta hortaliza, Almería, ha perdido 2.200 hectáreas del cultivo en apenas 5 años, ante la creciente presión de las importaciones (+170%)”.
Un proyecto con irregularidades
El estudio recoge, además, “las múltiples irregularidades del macro-proyecto agrícola que la oligarquía marroquí está levantando alrededor de Dakhla, entre las que destacan la vulneración de derechos fundamentales del pueblo saharaui y la discriminación laboral hacia esa población, la usurpación de sus recursos naturales locales como la tierra y el agua, y el fraude a los consumidores europeos en materia de etiquetado”.
“Un acuerdo no válido al no proteger los intereses de los consumidores europeos”
Mediante un comunicado, COAG recuerda que “como ha dictado la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, el acuerdo UE-Marruecos vulnera, además, la legislación europea sobre comercialización de frutas y hortalizas frescas en lo concerniente a la veracidad de la información contenida en el etiquetado de las importaciones marroquíes. En otras palabras, se está produciendo una clara vulneración y un perjuicio de los derechos de los ciudadanos comunitarios como consumidores, en lo que concierne a la veracidad de la información contenida en el etiquetado de los productos respecto a la procedencia de los mismos. La legislación europea de frutas y hortalizas establece que los productos del sector destinados a ser vendidos frescos al consumidor solo podrán comercializarse si en ellos figura la indicación del país de origen. Ahora bien, la capacidad del consumidor europeo para discernir si un producto etiquetado como originario de Marruecos procede de ese Reino, o bien del Territorio no autónomo del Sahara Occidental, se encuentra limitada y sus derechos, en ese sentido, vulnerados”.
Desde COAG se reafirman en que “a sentencia es clara en este sentido: la indicación del país de origen que debe figurar en los tomates y los melones de que se trata únicamente podrá designar el Sáhara occidental, ya que dichos productos se recolectan en ese territorio. En efecto, dicho territorio es distinto del de Marruecos y un territorio aduanero en el sentido del Derecho de la Unión. Cualquier otra indicación podría hacer pensar al consumidor que esos melones y tomates proceden de un lugar distinto del territorio en el que se recolectaron”.
Fraude al consumidor
Para COAG, “éste es el reconocimiento de que se está produciendo un fraude al consumidor por parte de las empresas que importan producto de Marruecos, que en muchas ocasiones cuentan con capital europeo, y nos están haciendo competencia desleal”, ha añadido Góngora. “La UE debe adoptar medidas inmediatamente para evitar que se siga posibilitando este engaño a las personas consumidoras europeas, elevando los controles de las distintas administraciones en territorio comunitario sobre el etiquetado correcto de estos productos, para comprobar que se refleja el origen de las frutas y hortalizas procedentes del Sáhara Occidental”.
El comunicado de COAG finaliza recordando que “esta sentencia responde a la demanda interpuesta la Confédération Paysanne, organización campesina francesa y aliada de COAG, con la que se comparten trabajos en la Coordinadora Europea Vía Campesina. COAG reitera el reconocimiento al trabajo de esta organización para la consecución de logro frente a las importaciones desleales procedentes de Marruecos”.
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