Así lo indica en un comunicado la organización agraria Coag, que recuerda que la renta agraria ha caído en 2022 un 8’7% respecto a 2021
Hortoinfo.- 28/12/2022
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha emitido un comunicado en el destaca que “los 63.770 millones de euros generados por el campo español en 2022, cifra récord de toda la serie histórica, no compensan el brutal incremento de precios de los costes productivos (+40% en último año)”.
Desde COAG recuerdan que la Renta Agraria total, en términos reales durante el año 2022, ha experimentado una importante caída del 8,7% respecto a 2021, según la primera estimación de la renta agraria publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Indican desde la organización agraria que, si comparamos la renta agraria real de 2022 con la de la media de los últimos cinco años (2018-2022), podemos observar que se encuentra un 6,4% más baja. Observando la evolución en términos reales, la renta agraria está un 11,5% por debajo de los niveles de 1990, tal y como se indica en el análisis realizado por el Departamento de Economía Agraria de COAG.
Para COAG, el descenso en la renta agraria se debe principalmente a que “el crecimiento del Valor de la Producción (que alcanza un nuevo récord hasta los 63.770,2 millones de euros), no compensa el impresionante ascenso del coste de los insumos. Producir hoy es un 29% más caro que hace un año y un 71% que hace una década. Los incrementos más significativos durante el año que toca a su fin los encontramos en fertilizantes (62%), energía y lubricantes (50%), piensos (35%) y productos fitosanitarios (20%)”.
Indican que la producción vegetal creció un 4,2%, debido a que, a pesar de que sufrió un fuerte descenso en el volumen producido (-14,7%), fue compensado con el crecimiento de los precios (+22,1%). En la producción ganadera se incrementa el valor un 24,5% debido al aumento de los precios en la misma cuantía, mientras que el volumen producido se ha mantenido sin variaciones respecto a 2021. Todas las producciones agrícolas y ganaderas presentan incrementos en el valor final, excepto en el caso de las frutas en las que el aumento de precio no ha compensado la caída de producción.
Para COAG, “esta difícil coyuntura ha supuesto un retroceso del 4,4% en el número de activos agrarios (- 40.000 UTAS en 2022), y nos situamos en niveles inferiores a la pandemia, dato que contrasta con la tendencia general al aumento de ocupados del conjunto de la economía española”.
El mayor incremento de los costes de producción de los últimos 50 años
El incremento de los costes de producción agropecuarios es el elemento más destacado del panorama agrario en 2022. Se trata de un incremento de costes de tal magnitud que no existen precedentes del mismo en los últimos 50 años. A ello se une un riesgo de desabastecimiento de insumos esenciales para la producción, como es el caso de los fertilizantes. Según los datos del Ministerio de Agricultura los costes de producción se han incrementado un 55% en los dos últimos años (desde enero de 2021 a agosto de 2022.
Los costes de la producción agraria comenzaron a subir a partir de enero de 2021, pero la tendencia se aceleró en los meses de verano y terminamos con un incremento interanual del 30% en diciembre 2021. En 2022, el incremento interanual ha alcanzado el 40% a mediados de año debido al impacto acumulativo que ha supuesto la guerra en Ucrania.
Esta situación nos lleva a dos riesgos fundamentales, según COAG.
Alza del precio de los alimentos para la población, tendencia que comenzó antes de la guerra de Ucrania y que ahora se ha agravado trasladándose a los lineales de los supermercados, fundamentalmente impulsada por la subida de los precios de la energía y las materias primas y también por los recortes de producción por la situación de sequía en España. A ello se une actualmente un escenario dónde puede producirse un descenso de producciones en las cosechas de 2023 por los altos costes de los insumos e incluso dificultades de acceso a algunos de ellos (fertilizantes).
Incertidumbre para los agricultores. Los altos costes de producción nos abocan a un elevado riesgo financiero si se llegase a producir una caída de los precios al productor en las cosechas de 2023 (aspecto que viene principalmente determinado por la coyuntura internacional de la energía y las materias primas). Esto lleva a los agricultores a extremar la prudencia porque además se están elevando los tipos de interés y dificultando el acceso al crédito. El problema es que un descenso de la producción presionaría los precios y la inflación al alza. La llegada de una crisis económica tendría también importantes impactos en los mercados y el comportamiento del consumidor, así como la evolución del tipo de cambio €/$. El escenario es tan volátil que es difícil hacer predicciones sobre cómo estaremos dentro de un año, concluyen desde el Departamento de Economía Agraria de COAG.