La planta permitirá dotar de recursos hídricos suficientes a la zona y, a la vez, controlar la cota de la lámina de agua de la Balsa del Sapo para dar una «mayor seguridad» a los invernaderos y viviendas cercanos
Hortoinfo.- 02/04/2025
El proyecto para una nueva planta de tratamiento de aguas de riego de la Balsa del Sapo, en la zona de Las Norias de Daza del municipio almeriense de El Ejido, prevé una producción mediante un sistema de ósmosis inversa de hasta 6.696 metros cúbicos al día de agua regenerada, utilizable para atender los cultivos de hasta cuatro municipios de la zona «al menor coste posible».
Así consta en el documento diseñado para esta actuación que se engloba en el convenio entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) en relación con las obras de modernización de regadíos que se ha sometido a exposición pública junto con el estudio de impacto ambiental.
mediante aguas regeneradas con un tratamiento previo para dotarlas de cierta calidad para su aprovechamiento.
Agua arrojada al mar
Hay que reseñar que hasta esa laguna, originada por la extracción de tierras en las cañadas del municipio para la creación de suelo en los invernaderos durante la época del boom de construcción de esas estructuras agrícolas, llega agua salina del mar habiéndose producido en ocasiones inundaciones de las fincas y viviendas próximas a la laguna, lo que ha obligado a la extracción casi constante de agua con motobombas y arrojarla a la rambla, que a su vez ha generado un riachuelo que desemboca al mar por Roquetas de Mar.
La planta permitirá dotar de recursos hídricos suficientes a la zona y, a la vez, controlar la cota de la lámina de agua de la Balsa del Sapo para dar una «mayor seguridad» a los vecinos y construcciones de Las Norias de Daza, en donde se ubica, ante eventuales desbordamientos.
Reducción de emisión de gases
El proyecto también tiene como objetivo reducir las emisiones actuales de gases efecto invernadero en la gestión y control de la cota de la lámina de agua, que actualmente se controla mediante bombeos al mar.
Para ello, se contempla la incorporación de sistemas de producción de energía renovable para su autoconsumo.
La actuación, además, conseguirá «mejorar las condiciones de la flora y fauna de la Balsa del Sapo» y aprovechar la concesión que dispone la comunidad de regantes Sol y Arena para la extracción de 3,4 hectómetros cúbicos al año.
La propia entidad recuerda que la Balsa del Sapo lleva varias décadas provocando «situaciones de inseguridad y afecciones» para su entorno, por lo que se hace necesario reducir la cota del nivel de la lámina de agua por exceso de agua, si bien la misma no puede ser aprovechada para la agricultura de la zona por sus características.
En concreto la salinidad del agua, junto con la detección de microorganismos, microalgas, compuestos químicos y otros sólidos en suspensión, hacen preciso un tratamiento previo del líquido para su aprovechamiento.
Por su parte, el estudio de impacto ambiental también da cuenta la afección que los trabajos para la planta sus canalizaciones e instalaciones asociadas puede tener para la zona, que abarca los municipios de El Ejido, La Mojonera, Roquetas de Mar y Vícar.
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