Lo hacen desde la organización agraria Unión de Uniones, tras analizar datos oficiales del portal IPYME del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones
Hortoinfo.- 03/02/2025
La organización agraria Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha advertido de que en los últimos cuatro años el número de empresas agrarias se habría reducido en un 4,8 por ciento y el de empleos sostenidos por el sector en un 4,2 por ciento entre diciembre de 2021 y diciembre de 2024, con una especial incidencia para las explotaciones sin asalariados y las microexplotaciones, conclusión a la que llega dicha organización agraria tras consultar los datos oficiales del portal IPYME del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Unión de Uniones indica que las estadísticas de empresas inscritas en la seguridad social más recientes apuntan a que 2024 cerró con un total de 284.711 empresas en el sector agrario (que recoge datos de agricultura, ganadería, selvicultura, caza y pesca), empleando a 732.258 asalariados. De estas empresas la inmensa mayoría, en torno al 61,3 por ciento serían autónomos que no cuentan con ningún asalariado, y otro 34,8 por ciento serían microempresas, con menos de 10 trabajadores. Para la organización agraria este tipo de empresas tienen un papel preponderante en el empleo del sector, con un peso del 60 por ciento del empleo contando el autoempleo autónomo, mientras que en el resto de los sectores, los autónomos y microempresas suman el 26,6 por ciento del empleo.
Indican que diversos factores han contribuido, además, a que el número de empresas agrarias haya venido disminuyendo progresivamente, ocupando al tiempo menos empleo, siguiendo una tendencia inversa a la del resto de sectores económicos. Así, el número de empresas no agrarias se habría mantenido prácticamente estable desde diciembre de 2021, en torno a algo más de 2,6 millones, con el aumento del número de empleos sustentados en un 10,6 por ciento, hasta llegar a los 17,4 millones. Por el contrario, en el mismo período, se habrían perdido 14.296 empresas agrarias (un -4,8 por ciento), con un descenso del empleo del 4,2 por ciento, es decir 35.000 menos.
En un comunicado, la organización agraria afirma que las explotaciones sin asalariados, o sea los autónomos, junto con las microempresas, son, en el sector agrario las que soportan el grueso de estas reducciones, protagonizando más del 70 por ciento del empleo perdido.
Para Unión de Uniones, “el hecho de que en su conjunto haya disminuido tanto el número de empresas agrarias como el número de empleados, resta peso al argumento de que se ha producido una reestructuración hacia el mayor dimensionamiento de las explotaciones para explicar los datos anteriores, si bien es innegable que este proceso también se ha dado, pero a más largo plazo. Una reestructuración que, además, se dirige hacia la intensificación y la mecanización de las explotaciones, con la consiguiente reducción de mano de obra asalariada, forzadas a competir en mercados más abiertos. No hay que olvidar que, entre otros costes, el índice oficial de salarios pagados por los agricultores ha subido desde el primer trimestre de 2022 más de un 22 por ciento, solo hasta el tercer trimestre de 2024”.
La falta de relevo generacional, desmotivada ante las expectativas de unos malos resultados económicos -de forma mucho más acusada en el periodo más reciente por las malas cosechas y el encarecimiento de los costes de producción- conforman para la organización agraria el escenario que favorece la desaparición de empresas y la destrucción de empleo en el sector.
“A quién puede extrañar que los agricultores y los ganaderos nos sintamos ofendidos cuando nos almorzamos con titulares del Ministerio sobre subidas estratosféricas de la renta agraria” señalan, y añaden que “no hay quien se crea que en un sector con incrementos de renta del 40 por ciento en los últimos cuatro años se cierren empresas y se pierda trabajo. Directamente es pura ficción”.
Unión de Uniones pide “al Gobierno, a las Comunidades Autónomas y a las fuerzas políticas, que tomen conciencia de la importancia estratégica del sector y que depositen la confianza en los profesionales que tienen en esta actividad su fundamental medio de vida para revertir esta situación e impulsar el papel de motor económico y social de nuestra agricultura”.
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